Saltos



Llaman las campanas a la iglesia
con notas de órgano que se evaporan
y aunque la luz cambia
no todos se detienen.

Arrollada la niña cae al suelo
Todavía con los palitos en las manos
Pero se levanta sola.

Disimula, pero no comienza.
El dolor no le deja posar el pie,
y entonces canta con lágrimas.

Tanta fe le regala anestesia
y antes de caer de nuevo
da sus mejores saltos.